Se encarga de evaluar e intervenir sobre las habilidades lingüísticas y comunicativas de los pacientes con lesión o daño cerebral (capacidad de expresión, comprensión, lecto-escritura, pronunciación). Además, mejora los aspectos de movilidad (motores) de la cara, lengua, y órganos fono-articulatorios; y la capacidad para masticar y tragar líquidos y alimentos (deglución).