vuelve a ser tú
¿Cómo organizamos la neuro-rehabilitación?
El modo de pensar y diseñar la neuro-rehabilitación en Reintegra es a partir de la concepción de la persona como un TODO y desde ahí, descender a lo específico; porque partiendo sólo de lo especifico, correríamos el riesgo de perder la visión global de la persona, y la neuro-rehabilitación quedaría deshumanizada, artificial. Trabajamos con y para personas, y para ello, el primer paso es conocerlas, comprenderlas.
¿Acaso podemos explicar quiénes somos simplemente enumerando nuestras diferentes partes? Incluso una relación pormenorizada de todo lo que hacemos, no llegaría a explicar quiénes somos en toda su riqueza. Esta es la idea principal del pensamiento holístico: para conocer algo, debemos concebirlo desde su globalidad, su totalidad. Entonces, ¿por qué a la hora de estructurar la neuro-rehabilitación o la estimulación del desarrollo cerebral, la descomponemos en varias áreas, como si fueran compartimentos estancos? Esa forma de trabajo está abocada al fracaso, en el sentido de no ser capaz de aprovechar todo el potencial de la persona, y de perderse aspectos esenciales de la misma.
La neuro-rehabilitación individual u holística que llevamos a cabo en Reintegra nos requiere hacer un esfuerzo consciente por poner a la persona-como-un-todo en el centro de nuestras actuaciones. ¿Cómo lo hacemos? Entendiendo quién es y qué quiere para sí la persona con la que tratamos; poniendo sus intereses y su proyecto vital como objetivo prioritario de la neuro-rehabilitación; e integrando a la familia como parte de esa visión global y co-protagonista del proyecto vital del paciente.
A partir de ahí, se van diseñando los objetivos terapéuticos, partiendo de qué roles quiere asumir esa persona en su vida cotidiana, qué quiere hacer con su tiempo: ¿quiere trabajar? ¿quiere estudiar? ¿jugar, disfrutar de los amigos/as? ¿quiere ejercer de padre o madre? ¿de abuelo? ¿quiere ser la persona encargada de la cocina en casa? ¿quiere tener o mantener una relación afectiva significativa, íntima? En cierta manera, somos muchas personas en una, y la neuro-rehabilitación va dirigida a dar cabida a todas esas “personalidades”, para que nuestro proyecto vital sea lo más enriquecedor y satisfactorio posible.
Desde ahí, sólo a través de un Equipo Interdisciplinar muy coordinado se pueden llevar actuaciones con sentido. El llevar a cabo esos roles, esas diferentes vidas, por lo general requiere la participación de diferentes dimensiones de la persona: la dimensión cognitiva, motora, emocional, comunicativa… y es ahí donde entran las actuaciones de cada terapeuta (neuropsicólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogos, logopedas), ayudando a desarrollar, recuperar y/o compensar esas capacidades limitadas por la lesión cerebral. Sin olvidar a la familia como parte de ese TODO, y por tanto colaborador del proceso de neuro-rehabilitación y objeto de nuestra atención.
Podéis encontrar más información en estos dos artículos de nuestro blog:
Lo que implica que es un tratamiento totalmente individualizado acorde a las necesidades específicas de cada persona; por lo que los objetivos de tratamiento y la metodología de trabajo son consensuados con el propio paciente y su familia.
Partiendo de la concepción de la persona como un todo (holística). Dado que el daño cerebral afecta a todas las áreas de funcionamiento de la persona, el tratamiento ha de abordar también todos los ámbitos de la persona: físico, cognitivo, emocional, relacional, lúdico y laboral. Pero además, entendiendo esa suma de las diferentes dimensiones de una persona como un todo único.
La atención en todos los niveles de la persona, requiere necesariamente la participación de un equipo rehabilitador que trabaje de forma coordinada, que cuente con especialistas en todas las áreas de funcionamiento o dimensiones de la persona.
La neuro-rehabilitación en Reintegra tiene como objetivo primordial el incremento de la autonomía personal del paciente que le permitan retomar o reformular su proyecto vital. Por eso los objetivos terapéuticos y la metodología de trabajo se basa en la realización de actividades cotidianas que sean relevantes y de interés para el paciente y su familia.
Como colaboradora en el proceso, como parte del equipo neuro-rehabilitador y como objeto de nuestra intervención (facilitando estrategias de manejo, de fomento de la autonomía, y dando apoyo psicológico). Las familias sufren también el impacto que supone el daño cerebral, ya que por un lado pierden el apoyo emocional de un ser querido, y en la mayoría de los casos, se convierten en los cuidadores de esa persona querida. Como cuidadores se ven además obligados a enfrentarse a situaciones nuevas muy complejas y con una alta carga emocional. Así la atención a familiares ha de cumplir el doble objetivo de facilitar información útil, y apoyo psicológico durante el proceso de rehabilitación, e incluso, posteriormente.