A partir de ahí, se van diseñando los objetivos terapéuticos, partiendo de qué roles quiere asumir esa persona en su vida cotidiana, qué quiere hacer con su tiempo: ¿quiere trabajar? ¿quiere estudiar? ¿jugar, disfrutar de los amigos/as? ¿quiere ejercer de padre o madre? ¿de abuelo? ¿quiere ser la persona encargada de la cocina en casa? ¿quiere tener o mantener una relación afectiva significativa, íntima? En cierta manera, somos muchas personas en una, y la neuro-rehabilitación va dirigida a dar cabida a todas esas “personalidades”, para que nuestro proyecto vital sea lo más enriquecedor y satisfactorio posible.
Desde ahí, sólo a través de un Equipo Interdisciplinar muy coordinado se pueden llevar actuaciones con sentido. El llevar a cabo esos roles, esas diferentes vidas, por lo general requiere la participación de diferentes dimensiones de la persona: la dimensión cognitiva, motora, emocional, comunicativa… y es ahí donde entran las actuaciones de cada terapeuta (neuropsicólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, psicólogos, logopedas), ayudando a desarrollar, recuperar y/o compensar esas capacidades limitadas por la lesión cerebral. Sin olvidar a la familia como parte de ese TODO, y por tanto colaborador del proceso de neuro-rehabilitación y objeto de nuestra atención.
Podéis encontrar más información en estos dos artículos de nuestro blog: