Para mí la Terapia Ocupacional más que un trabajo es una forma de vida, y considero que poder transmitir esos conocimientos y aprendizajes a una persona para que esta pueda volver a ser independiente en sus actividades de la vida diaria, me enorgullece personal y profesionalmente. Poder realizar mi labor junto con muchos más profesionales en esta clínica, de una manera holística, me parece que es una, sino la mejor, de las formas de poder ayudar a alguien a recuperar su vida.
Todo comenzó durante mis últimas prácticas de la carrera. Allí coincidí con una gran profesional de mi campo que me demostró el mundo de la neurorehabilitación aplicada a mi trabajo y de cómo a través de una buena intervención podemos mejorar de manera muy favorable la calidad de vida de las personas.
Ante todo, yo no intervengo a pacientes intervengo a personas. Intento ponerme en su lugar, imaginar mi vida si fuese así y por ello busco ser un apoyo más durante esa etapa de su vida. Lograr estar más cerca de los objetivos de cada persona, ya no solo a nivel terapéutico sino a nivel humano, en su día a día.