Me gusta poder ayudar a los pacientes y a sus familias a superar las dificultades que trae consigo la lesión cerebral. En este proceso, resulta muy satisfactorio ver cómo las personas recuperan o desarrollan nuevas habilidades, y cómo ponen toda su confianza en tu trabajo a la hora de construir nuevos objetivos de vida y de enfocar el futuro con ilusión. Además, al trabajar codo con codo con un gran equipo, este trabajo me permite aprender cada día cosas nuevas, buscar diferentes enfoques para resolver los problemas, y enriquecer mi trabajo de forma continua.
Posiblemente, cuando me encontraba estudiando me llamó la atención la falta de recursos asistenciales para las personas con daño cerebral que había en ese momento en nuestro entorno. Me pareció importante formarme y dedicarme a ayudar a personas que contaban con escasas opciones para recuperarse totalmente de una lesión cerebral, especialmente en lo que se refiere a las secuelas cognitivas, emocionales y conductuales, que a menudo, y aún hoy, se pasan por alto a pesar de que suponen un importante sufrimiento para la persona y sus familias.
Intento aportar un nuevo enfoque a su situación: que no se trata sólo de hacer ejercicios para «estar como antes», sino de elaborar un plan de futuro que les resulte satisfactorio e ilusionante, y poner todas las estrategias y herramientas para lograrlo, empoderando a la persona para que se sienta capaz de resolver las situaciones difíciles. Además, trato de hacer este trabajo desde la cercanía, la confianza y la honestidad, haciendo míos los objetivos vitales del paciente, y transmitir entusiasmo para superar las posiciones centradas en los problemas y orientarse a las soluciones.