El dinamismo de cada día derivado de la necesidad de una búsqueda continua de soluciones adaptadas a cada persona, dada la diversidad de déficits, conductas y entornos de cada uno; aprendiendo y enseñando continuamente con cada paciente y familiar. Así como el trabajo en equipo, observando como todas los aspectos a trabajar de un paciente se integran desde cada una de las áreas tratadas.
Inicialmente, me adentré en el tratamiento de personas con daño neurológico porque me motivaba el tratamiento tan global de su patología. La fisioterapia neurológica no se centra en un músculo o articulación únicamente; sino que debe tratarse a la persona de una forma integral englobando a su cuerpo, a su cerebro, a su conducta, a su entorno, etc. Pero lo que realmente me “enganchó” al tratamiento de este tipo de pacientes es el vínculo terapéutico tan intenso que se forma con cada persona, recibiendo una gran satisfacción cuando ves que con tan solo un poco de tus conocimientos puedes mejorar enormemente su estado.
Creo que el mayor aporte que puedo hacer a mis pacientes es trasmitirles una sensación de seguridad y conocimiento de lo que les pasa y la búsqueda constante de soluciones a aquello que les pasa. Para ello, es necesario, en primer lugar, explicarles lo que les ocurre cuando sufren.