Tortícolis muscular congénita y plagiocefalia

Mario Pellico.
NeuroFsioterapeuta de Reintegra.

 

¿Qué son la tortícolis muscular congénita y la plagiocefalia?

¿Es necesario tratarlas?

La tortícolis muscular congénita es una afección musculo-esquelética relativamente común en los recién nacidos y durante las primeras semanas de vida. La manifestación clínica que se observa es una alteración de la posición de la cabeza del bebé observándose, de forma consistente (es decir, casi siempre hacia el mismo lado) una inclinación del cuello hacia el mismo lado de la lesión y una rotación al lado contrario de la misma. Esta postura se debe a que lo que ocurre en la tortícolis es una retracción (acortamiento) del esternocleidooccipitomastoideo (ECOM), uno de los principales músculos del cuello. Por norma general son las mamás y los papás quienes observan estos signos, al percibir una asimetría en la postura del bebé; así como los pediatras en el contexto de una revisión, que son además quienes suelen derivar a los servicios de atención correspondiente.

La tortícolis suele darse en bebés grandes, que han tenido presentaciones atípicas durante el embarazo (presentación de nalgas, mal-posicionamiento en el canal del parto, etc.); o han tenido partos instrumentalizados; o que una vez han nacido, son muy tranquilos, por lo que se mueven poco de forma espontánea.

Las tortícolis pueden dividirse en tres grupos mayoritarios, en función de su origen:

  • Tortícolis postural: derivada de una preferencia del bebé. Es la forma más leve puesto que no aparece una limitación clara del movimiento. Aparece sobre todo en niños grandes y tranquilos que tardan en adquirir el control cefálico (capacidad de controlar la posición y movimiento de la cabeza) y que, por tanto, no pueden cambiar de posición. Suelen ser, además, bebés muy tranquilos que no lloran demasiado por lo que pueden pasarse largos periodos de tiempo en la misma posición. El tratamiento que se realiza en estos casos es principalmente postural, buscando los cambios de posición y la educación a la familia en cómo abordar estos cambios. Además, desde el ámbito profesional, podemos ayudar en estos casos favoreciendo la estimulación del niño, previniendo contracturas o problemas mayores y educando y enseñando a las familias los cuidados y medidas preventivas necesarias.
  • Tortícolis muscular: en los que la causa es una contractura directa del músculo ECOM. Son algo más graves que las anteriores y tienen mayor riesgo de empeoramiento. En este caso, el músculo se encuentra rígido, y cuando el bebé quiere mover la cabeza, encuentra un límite que no le permite avanzar, aunque puede que no haya una limitación de la movilidad pasiva (al moverle la cabeza el papá o la mamá sí es capaz de llegar al límite). Desde el equipo profesional, podemos ayudar en este momento trabajando directamente sobre la musculatura implicada (evitando retracciones, complicaciones y mejorando el estado de la misma), así como sobre el desarrollo del niño (evitando retrasos, compensaciones u otras alteraciones). Una vez más, el asesoramiento de los padres en medidas posturales y preventivas es fundamental.
  • Tortícolis muscular con fibrosis: es la forma más grave de tortícolis muscular congénita. De nuevo, una contractura, de un grado mayor, que en este caso puede cursar con sangrado del músculo (interno), puede generar una fibrosis del músculo (tejido muscular invadido por tejido conectivo), que limita la movilidad del bebé, tanto activa como pasiva. Esta forma de tortícolis es la que presenta una evolución más lenta de las tres y tiene mayor peligro de complicaciones asociadas, tanto a nivel de desarrollo como a nivel estructural. Los profesionales intervenimos, en este caso, a todos los niveles: trabajando directamente la musculatura, las articulaciones, la movilidad, el desarrollo del niño y las complicaciones asociadas (por ejemplo, la plagiocefalia)

 
plagiocefalia bebé
 

Asociada a la tortícolis muscular congénita, puede aparecer una plagiocefalia postural, definida como la deformidad de la cabeza del bebé, producida por una postura determinada, y mantenida en el tiempo. La plagiocefalia postural ha de distinguirse de otras alteraciones, como son:

  • Escafocefalia o cierre precoz de las suturas: las suturas del cráneo del bebé pueden comenzar a cerrarse de forma temprana, lo cual requiere una intervención médico-quirúrgica rápida para evitar complicaciones como la micro-cefalia (cabeza pequeña) que puede condicionar el desarrollo futuro del cerebro y resto de estructuras.
  • Dolicocefalia del prematuro: los niños prematuros presentan, por sus características, un cráneo más irregular, pudiendo confundirse esto con una plagiocefalia postural. Pese a que éste pueda ser el caso, se debe prevenir igualmente la presencia posterior de una plagiocefalia postural.

El enfoque rehabilitador de la plagiocefalia irá siempre encaminado a controlar, lo más pronto posible, las causas de su origen, vigilando la evolución y controlando que no existan otras alteraciones o complicaciones. Por norma general, si la detección es temprana, también lo es la evolución aunque, en los casos más graves o con una detección más tardía, podría llegar a ser necesaria la colocación de un casco.

Actualmente sabemos que la intervención de fisioterapia tiene una mayor eficacia cuanto más temprano es su inicio, evitando complicaciones e intervenciones más invasivas. A demás, con la aplicación de una intervención temprana encontraremos: mejores resultados, una disminución de las sesiones necesarias y, lo que es más importante, la prevención de complicaciones secundarias.

Es importante, por tanto, prestar atención a las posibles asimetrías que pueda presentar nuestro bebé, y vigilar que no aparezcan complicaciones posteriores. Como siempre, en caso de que aparezca cualquier duda o alteración, debemos consultar a nuestro profesional sanitario de referencia. Si observáis algunos de los signos aquí descritos y tenéis alguna duda al respecto, en Reintegra tenemos un equipo especializado y multidisciplinar, que además de contar con fisioterapeutas infantiles, incluye otros profesionales (logopedas, neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales, expertos en integración sensorial) especializados en identificar cualquier y tratar cualquier signo de alteración del neurodesarrollo.

Estamos a vuestra disposición y a la de vuestros/as hijos/as.

 

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