Igor Bombín. Neuropsicólogo y Director Clínico de Reintegra.
Iris Mosquera y Clara Delgado. Logopedas de Reintegra.
¿Qué es la Afasia?
La afasia es una de las secuelas más comunes de un ictus, traumatismo cráneo-encefálico u otra forma de daño cerebral; así como de los procesos neuro-degenerativos o demencias (incluyendo la Enfermedad de Alzheimer).
De forma general, podríamos definir la afasia como la alteración del lenguaje, cuando esta capacidad ya estaba plenamente desarrollada en esa persona. Sin embargo, esta definición, aunque cierta, con frecuencia resulta insuficiente para que la familia o el propio paciente con afasia entiendan en toda su magnitud lo que implica, en cuanto a las dificultades para comunicación y otras dificultades asociadas, que en su globalidad limitan la autonomía de la persona.
Hemos redactado este artículo con el objetivo de facilitar un mejor conocimiento sobre qué es la afasia, los tipos de afasia y las dificultades que generan. Concluiremos con una breve mención de cómo se trata la afasia, y qué puede hacer el paciente y familia en su funcionamiento cotidiano para mejorar de esta secuela tan impactante en la autonomía y capacidad de relación de quienes la sufren.
Cómo funciona el lenguaje y qué son las afasias?
Comprender las afasias (porque hay varios tipos) implica necesariamente entender cómo funciona el lenguaje, un proceso cognitivo fundamental para nuestra relación con el entorno, especialmente con los demás: es la herramienta esencial de la comunicación humana.
Podríamos definir el lenguaje como la capacidad para la comunicación simbólica. La clave de esta definición está en el carácter simbólico de la comunicación: otros seres vivos tienen capacidad de comunicación, y de hecho así lo hacen para marcar el territorio, indicar que están en periodo de celo, ubicar y comunicar a sus congéneres dónde hay alimento o alertarlos sobre la presencia de un depredador, etc. Pero únicamente el ser humano puede hacer uso de la comunicación simbólica: el empleo de signos y símbolos, de un código, para expresar o comunicar algo.
Así, podemos trascender de lo concreto, de lo que está presente, para comunicar cuestiones abstractas o incluso para transmitir conocimiento sin que el receptor del mismo tenga que vivir la experiencia. Esta facultad nos ha permitido avanzar y evolucionar como especie y como sociedad, heredando los conocimientos de nuestros antepasados. De esta forma, el lenguaje es la base del pensamiento abstracto, de trascender más allá de lo presente, y en vez de tener que experimentar las cosas poder imaginarlas y transmitirlas.
La comunicación simbólica precisa de un proceso fundamental, que podríamos identificar como la esencia del lenguaje: la codificación y decodificación del mensaje que queremos transmitir y que otra persona recibe.
Tipos de Afasia
La comunicación comienza con la intención comunicativa, el deseo de una persona por contar o transmitir algo a alguien. Supongamos que os quiero contar cómo se juega al parchís (o cómo funciona el lenguaje). Yo he jugado miles de veces, con lo que tengo ese conocimiento, pero para transmitirlo, tengo que ser capaz de ordenar las ideas en mi cabeza, dar prioridad a unas sobre otras y transformar esas ideas en palabras y frases concretas.
Esa transformación de la idea abstracta, un tanto difusa, a unas frases (o pictogramas, o esquema con dibujos, etc.) es la codificación.
Las personas que presentan una Afasia de Broca, Afasia Motora o Afasia Expresiva precisamente tienen una alteración de la capacidad de codificación: saben lo que quieren decir, tienen la intención comunicativa, pero no encuentran la forma de transmitir la información. Lo que es importante tener en cuenta, es que no se trata de que hayan perdido el vocabulario u olvidado las palabras… No pueden codificar sus pensamientos en palabras, ni tampoco utilizar con eficacia otra vía o código, como lenguaje de signos, combinación de pictogramas, código Morse o lo que se nos pudiera ocurrir.
El problema no está en no conocer un código (que podría ser un idioma o una de estas vías de comunicación), sino en no poder transformar esa idea abstracta en unos símbolos. Es decir, no pueden codificar el mensaje.
Por otro lado, quien recibe el mensaje (el receptor) tiene que tener la capacidad de decodificar el mensaje para poder entenderlo, descifrar el conjunto de símbolos para desentrañar el contenido que encierran. Esa incapacidad para decodificar incapacita la comprensión, y genera lo que se denomina Afasia de Wernicke, o Afasia Sensorial. Por eso es importante tener presente que las personas con afasia de Wernicke o sensorial no solo tienen dificultades para comprender los mensajes orales, y por supuesto escritos, sino los gestos, o incluso contextos y situaciones (todo lo que tenga un mínimo carácter simbólico), lo que puede derivar en cierto estado de inquietud y angustia, y por ello, en alteraciones de conducta o emocionales.
Resulta llamativo que aunque las personas con afasia de Wernicke sensorial pueden producir palabras (hablan de hecho) el contenido de lo que dicen, por lo general no tiene sentido, resulta ininteligible. Además, esto sucede sin que la persona con afasia sea consciente de que lo que dice no se corresponde con el mensaje que quiere transmitir, con lo que se extraña y frustra ante la incomprensión de sus interlocutores. Ocurre, que al hablar, nos vamos escuchando y supervisando nuestro propio discurso para asegurarnos que lo hacemos con eficacia. Algo similar a lo que estoy haciendo al escribir este artículo: cada rato, releo lo que he escrito para cerciorarme de que voy bien, que sigo mi propio hilo argumental y las palabras y frases se corresponden con lo que quiero expresar.
Al fallar la comprensión, las personas con afasia de Wernicke o sensorial no pueden llevar esta supervisión de su propio discurso con eficacia y acaba siendo descontrolado e incoherente.
Existe además, la afasia mixta o afasia global, que en síntesis implica la alteración de la capacidad de expresión y de comprensión (codificación y decodificación). Muchos casos, aunque no todos, de afasia mixta o global motivada por un ictus u otra forma de daño cerebral adquirido, suelen ir evolucionando en la mejora de la comprensión, siendo más difícil la recuperación de la expresión. La anomia o afasia anómica puede considerarse la expresión más leve de la afasia de Broca, Motora o Expresiva, ya que consiste en la dificultad para encontrar la palabra referida a un objeto, idea, o persona. Algo así como el fenómeno de tener la palabra en la punta de la lengua, pero con mayor frecuencia de lo habitual, y que en ocasiones puede originar que la persona interrumpa su discurso o de un rodeo para hacerse entender (circunloquios).
Qué otras dificultades suelen aparecer con las afasias
En primer lugar, debemos tener en mente la importancia de la comunicación para el ser humano: somos esencialmente sociales, y gran parte de nuestras actividades, tanto de ocio como productivas (incluido el desempeño laboral) precisan de una comunicación efectiva, y ésta, del lenguaje. Así que la principal repercusión que tiene la aparición de una afasia suele ser un cierto aislamiento de la persona por las dificultades para la comunicación. Esta cuestión, por añadidura, puede reducir aún más las habilidades comunicativas, por reducir las situaciones en las que es preciso ponerlas en práctica.
Resulta además evidente las repercusiones para el desempeño laboral, o llevar a cabo ciertos roles, como el cuidado de niños/as, personas mayores, u otras actividades productivas y ocupacionales que implican una comunicación efectiva. Todo esto, añadido a la frustración habitual de no poder expresarse con la riqueza y matices que uno desea suele motivar una marcada frustración que a veces deriva en depresión.
En los casos en los que la capacidad de comprensión se ve alterada (Afasia Sensorial o de Wernicke) es común que la persona no comprenda situaciones, contextos, qué está pasando, qué esperamos de ella… lo que puede motivar cierta ansiedad que a veces deriva en agitación conductual o en conductas “extrañas”.
Qué podemos hacer para mejorar la capacidad comunicativa de la persona con Afasia.
A continuación, os presentamos algunas recomendaciones para la vida cotidiana cuyo fin es estimular el lenguaje y las habilidades comunicativas de las personas con afasia. Trabajar el lenguaje tiene la ventaja de que se puede realizar en cualquier interacción con la persona con afasia, si bien es importante tener siempre presente que el fin último es que la persona pueda expresar y comprender aquello que desea y/o es relevante. En fin, disfrutar de la comunicación.
Para ello, hemos estructurado las recomendaciones en dos bloques:
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- Cómo dirigirnos a una persona con afasia para procurar que nos entienda lo mejor posible, y de paso, fomentar sus propias habilidades de expresión y comunicación
- Qué podemos hacer como interlocutores (“oyentes”) para fomentar la capacidad expresiva de la persona:
Cómo hablar a una persona con Afasia
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- Habla despacio: un ritmo que resulte natural, pero más bien lento y con frecuentes pausas (al acabar una frase, o al hacer una “coma”). Es importante tener en mente, que la persona puede tener dificultades para procesar el mensaje, es decir le lleva más tiempo comprenderlo.
- Emplea muchos gestos y una marcada expresividad facial, que resulten naturales (no fuerces) y enfaticen tu mensaje (señalar al decir “yo”, “tú”, gestos de acciones, direcciones, emociones…).
- Usa una entonación bastante marcada, que no resulte exagerada o infantil, pero que la melodía haga más comprensible lo que quieres comunicar.
- Háblale siempre de frente, para facilitar que te oiga bien y sobre todo, que se beneficie de toda la comunicación no verbal que hemos comentado en los puntos anteriores (gestos, expresividad facial, entonación, etc.).
- Emplea frases más bien cortas; evita el empleo de frases con estructuras complejas (yuxtapuestas, dobles condicionales, subordinadas…). Es preferible pensar primero el mensaje y estructurarlo en varias frases, con su respectiva pausa entre las mismas.
- A la hora de estructurar la frase, procura emplear una estructura de sujeto + verbo + predicado/complementos, por ejemplo: “Tú y yo / vamos a ir a comer / a casa de la abuela mañana”, además puedes ir acompañando cada bloque de información con gestos. Esto facilitará que cuando él/ella se quiera comunicar, también siga esta estructura, lo que facilitará que nosotros le entendamos.
- Adecuar el contenido a la capacidad de comprensión de la persona con afasia. Lo más sencillo de comprender es lo referente a lo que está presente, lo cotidiano, objetos o cosas tangibles… lo más complejo se refiere a lo abstracto, lo que es excepcional o cuando la explicación requiere una concatenación de pasos.
- En situaciones que hay más de una persona, en la medida de lo posible, haz por incorporarle en la conversación, aunque tengas dudas de si entiende todo. Usa tu mirada para que se sienta incluido (mira a él/ella igual que al resto de interlocutores), juega con tu postura y expresión corporal, etc. Que sienta que es parte del grupo, y que está invitado a intervenir cuando quiera.
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- A continuación, incluimos unas conductas que tenemos que evitar en todo momento (porque pueden hacerle sentir que lo ignoramos o que lo tratamos como si no se enterara de nada):
- No le grites: la dificultad para que la persona entienda los mensajes verbales, es una cuestión de procesamiento lingüístico y decodificación; no es sordera.
- No uses un tono infantil (a no ser que sean niños).
- Cuando hay más personas, no actúes como que no se entera de nada o no está ahí. Por ejemplo, un terrible error que es bastante frecuente es hablar de la persona con afasia delante de él, en tercera persona.
- A continuación, incluimos unas conductas que tenemos que evitar en todo momento (porque pueden hacerle sentir que lo ignoramos o que lo tratamos como si no se enterara de nada):
Cómo Fomentar que se exprese más y cada vez lo haga mejor
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- En la medida de lo posible, evita que abandonen su discurso: con frecuencia, ante la dificultad para encontrar la palabra que buscan se frustran y renuncian a contarnos lo que querían. Hazle ver que tienes tiempo para escucharle y que lo que quiere decir es importante para ti. Sírvete de algunas de las estrategias que te damos a continuación.
- Dale tiempo para hablar, para que estructure su mensaje y busque las palabras. No le apremies o metas prisa.
- Procura no acabar las frases por él/ella: a veces, tenemos la tendencia de acabar las frases por él/ella, por nuestra propia intranquilidad, por el deseo de ayudar. En realidad, es privarles de la oportunidad de seguir mejorando, de hacer ese esfuerzo que es tan necesario.
- Fomenta otras vías de comunicación, que si la palabra no llega, se apoye en gestos, dibujos, señalar… ¡todo vale! Lo importante es que te haga llegar su mensaje. Su tendencia va a ser que tiene que salir la palabra o frase; hazle saber con tu conducta que lo importante es que entendamos lo que nos quiere contar.
- Haz preguntas que le sirvan para estructurar el discurso. Cuando estás perdido con lo que te quiere contar, o notas que le está costando mucho estructurar su discurso (ordenar sus ideas) hazle preguntas guía. Es muy útil fomentar aquí lo que hemos comentado de la estructura sujeto + verbo + predicado/complementos. ¿Quién? ¿de quién/es me estás hablando? ¿qué hacía? ¿cuál es la acción? ¿qué hizo ¿qué pasó? Y eso… ¿con/a quién? ¿dónde? ¿cuándo? ¿cómo lo hizo?
- Si no le entiendes, házselo saber. Con amabilidad, pero con claridad. Puede que te produzca cierto temor a que se moleste, que se lo tome mal, le ponga triste. Es peor hacerle pensar que te estás enterando y no es así (¡a lo mejor te está pidiendo algo!). Además, es muy útil para seguir mejorando su capacidad de comunicación.
- Si la persona con afasia habla mucho, de forma un poco descontrolada (lo que llamamos verborrea o logorrea), que es frecuente en la afasia sensorial o de Wernicke, procura cortar ese discurso. Tiene que saber que no le estamos entendiendo o que lo que dice no es funcional, que necesitamos frases más cortas.
- Ten presente las pautas de Cómo hablar a una persona con afasia, porque tú eres un modelo para él/ella. Cada vez que hablas y te comunicas con él, le estás sirviendo de guía.
Qué puede hacer la Neuro-Logopedia para mejorar la capacidad comunicativa
El profesional experto en la rehabilitación, mejora y compensación de las habilidades comunicativas es el/la Logopeda, idealmente, integrado dentro de un equipo interdisciplinar formado por otros profesionales como neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, médicos, etc. porque ya hemos comentado que la afectación del lenguaje y la comunicación tiene repercusiones en todas las esferas de funcionamiento de la persona. Pero, ¿qué hace de forma específica el/la logopeda para mejorar estas habilidades comunicativas? Éstas son algunas de las estrategias más comúnmente empleadas.
El primer grupo de ellas, van orientadas a que la persona vaya recuperando su capacidad de expresión o comprensión, gracias a la neuroplasticidad: la capacidad del cerebro para establecer nuevas conexiones y así poder recuperar parcialmente funciones perdidas o alteradas. Lo que hace el/la logopeda es asistir o facilitar a la persona con afasia a que acceda a su banco de palabras para dar con aquella que está buscando. Algunas de estas técnicas son:
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- Esbozo oral: facilitar el sonido inicial de la palabra.
- Ayuda fonológica: facilitar la primera o primeras sílabas de la palabra.
- Ayuda semántica: facilitar información relativa al significado de la palabra.
- Integración (propiocepción) de los fonemas que forman las palabras.
- Dar apoyos visuales (imágenes) y/o escritos (palabra) según cada caso.
- Asociar los fonemas (sonidos) a un grafema (letra)-escritura.
- Visualizadores fonéticos: gestos específicos de las letras, por ejemplo el sonido /k/ con el dedo índice señalar la garganta porque es un fonema que al producirse da un golpe seco. La vocal O acompañar la evocación con el gesto manual…para facilitar la programación de las sílabas y formar palabras.
- Estrategias para recordar la grafía de las letras: por asociación con una palabra frecuente, por ejemplo la letra M de mama; asociar por forma de la letra la letra B tiene dos barrigas o por movimiento orofacial la letra L porque la lengua sube para arriba- escritura.
- Entrenamiento en la discriminación auditiva desde nivel inicial (letra-sílaba) hasta palabras largas.
- Favorecer la formación de oraciones sencillas y paulatinamente más largas y complejas. Ejemplo: dar una palabra conocida y formar una oración; empezar una oración y que el/la paciente la termine.
- Corregir: hacer ver el error y refuerzo positivo.
- Entonación y prosodia tanto en el lenguaje hablado como en la lectura y en la escritura para favorecer la comprensión.
- Si el/la paciente es capaz de autocorregirse, darle tiempo suficiente para que lo logre con éxito sino ofrecer ayuda sin llegar a la frustración y al rechazo por intentarlo.
- Confrontar información: especificar léxico si es posible mediante preguntas sencillas-preguntas abiertas.
- Animar al paciente para que cuente vivencias recientes y propias (fin de semana, de la tarde anterior, su familia)
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En otros casos, cuando se ha comprobado que no es esperable que el paciente recupere la capacidad de expresión oral o mediante la palabra, el/la logopeda centrará sus esfuerzos en buscar un sistema alternativo/aumentativo de comunicación (SAAC) acorde a las capacidades de la persona. Hay múltiples tipos de SAAC, por eso es recomendable que estén ajustados a la capacidad de comprensión y al nivel educativo, entre otros, de la persona. Una vez elegido, entrenará a la persona con afasia en este sistema, además de a la familia a las personas de su entorno. Es importante trascender el trabajo más allá del despacho y la clínica, y hacer lo posible para llegar a otras áreas de funcionamiento del paciente, a su ambiente cotidiano: familia, amigos, los sitios que frecuenta (tiendas, lugares de ocio, etc.).
En unos días subiremos a nuestro canal de Youtube vídeos de entrenamientos para paliar los efectos de la Afasia, relaizados por nuestro equipo de logopedas.
En Reintegra, empleamos estas y otras técnicas, así como un abordaje interdisiciplinar para tratar de restaurar y compensar el lenguaje y capacidad de comunicación de las personas con daño neurológico: si tienes cualquier duda, pregunta, o crees que podemos ayudarte, no dudes en contactar con nosotros, te escucharemos y atenderemos vuestras necesidades.